El maltrato por escrito
Comprenderán con el paso del tiempo que
existen personas a las cuales les gusta comunicarse: algunos eligieran la
oralidad, otros la expresión física y habrá quienes eligen la escritura.
La Doña es un paquete completo, utiliza
las tres por más que una no quiera, aunque tiene sus preferencias. Maltrata en
todas, pero las letras son para ella, una manera sutil pero perseverante de
mandarte a cagar sin necesidad alguna de sentirse culpable, porque vamos es
Doña Niyomentiendo, y no lo necesita.
Además recordemos que es escritora, así
que es ducha en el uso de la palabra escrita. Y es aquí en dónde comienza la
sección: “Cuaderno de comunicación interna”, que también le sirve como diario
íntimo y cuadernito de anotar estupideces.
Preguntaran ¿No estás siendo mala con la
pobre Doña?
Y la respuesta, mirándome los dedos de
las manos es: obviamente, de eso se
trata todo esto, de poder sacar todo el enojo y la frustración que me da tener
que convivir en mi trabajo con una persona carente de sentido común y llena de
reclamos mal colocados. Pero no voy a apresurarme.
A lo que iba: hay un cuaderno, podría
hablar de él en pasado pero ella, con su manía a cuestas difícilmente me
permite olvidarlo.
Me lo presentó como un objeto de comunicación que utilizaba con mi
antecesora para hablar sobre los temas que atañen al trabajo, y yo, acepté (no,
si confundir black con back es una de mis menores taras).
Tendrán la duda de qué es capaz de poner
para que se me paren los pelos de la nuca, y tiene una respuesta fácil: es un
mar de contradicciones y una lista interminable de reclamos.
Para que les quede claro ese cuaderno no
es de comunicaciones, sino de mambos de ella, que van desde reclamos
innecesarios, insistencias pelotudas y observaciones como que se siente “en
alerta permanente”, y que esta tomando pastillas para resolverlo (estas
medicaciones que no funcionan…malditas sean). Y no, éstas dos ultimas no iban
dirigidas a mi, pero están en el cuaderno que habilitó para que ambas usáramos.
Muy pelotudo de su parte, lo sé.
No voy a mentirles todo inició del culo y
terminó del igual. Una de sus primeras notas fue para llamar mi atención sobre
algunos conceptos sobre el programa que ambas trabajamos para registrar
material. Estuve de acuerdo, y le agradecí por señalarlo. Su respuesta fue que
ella no me estaba señalando nada, y daba a entender que yo tergiversaba las
cosas.
Si, un enorme WTF acá, por favor.
Mi cara
No le conteste, ni valía la pena pero
llamó mi atención la forma de desligarse de lo que ella misma había expresado.
No era la primera vez que me cruzaba con algo así, recuerden las divas y sus
mambos, esa necesidad imperiosa de no responsabilizarse de nada (parece que es
una moda).
Las siguientes notas que dejó referían a
cosas de las cuales no podía hacerme cargo en ese momento. Se lo dije, que no
eran prioridad para el turno en dónde trabajaba porque estábamos con el
proyecto, pero en cuanto pudiese ponerme con eso, se lo iba a decir.
Los tres puntos con los cuales jodió eran:
Manual de procedimiento interno
Fichas de usuarios
Ordenamiento de sectores que no tenían
que ver del todo con mi turno.
Primero que nada para ella las fichas si
eran importantes, porque las tiene desorganizadas y no se encuentra nada. Tuve
la desgracia a inicio del año de tener que consultarlas y a diferencia de la
vez que hice la suplencia, en dónde las fichas de alguna manera u otra se hallaban,
ahora era IMPOSIBLE.
Por otra parte el manual de
procedimientos es reunirte con tu colega (si lo tienes) para determinar cuales
son los criterios a tener en cuenta para los procesos técnicos necesarios.
Justamente es un manual porqué es explicativo. Y como para ese entonces, y como
ahora, yo la veía totalmente descriteriada, además que continuaba totalmente
tapada con trabajo para el proyecto, me negué amablemente, explicándole UNA VEZ
MÁS.
Y por último, lo del ordenamiento. Acá
tengo que explicarles: mi sector en comparación es más pequeño que el de ella,
eso no implica que la responsabilidad sea menor. Es mi trabajo tener la
información ordenada para poder acceder a ella y que cualquiera que lo desee
también pueda hacerlo sin la necesidad de ningún intermediario. Pero como ella
es más del estilo “En el nombre de la rosa”, podrán darse cuenta como chocan
nuestras visiones sobre lo que se debería hacer o no.
El tema es que quería que acomodase unas
estanterías que le correspondían a ella. Yo, estaba hasta las manos reordenando
la sección que compete a mi turno. LITERALMENTE. Me negué.
Tengan en cuenta que todas estas
peticiones eran puestas una y otra vez, juntas, en notas interminables de tres/cuatro
hojas de cuaderno. Acompañadas con preguntas sobre material que no encontraba y
que le correspondía a ella y que no sabía en dónde estaba (me lo preguntó 3
veces, a la tercera se lo dejé sobre la mesa, ni las gracias me dio la forra).
Una y otra vez. Una y otra vez. UNA Y
OTRA VEZ.
Estos estados maniacos me dan ganas de
prender fuego al planeta.
En fin.
Para este entonces su insistencia y mi
paciencia se encontraban en polos opuestos, con mi paciencia cargando su
ametralladora (hasta que le recordé que eso era trabajo y que no podía enviarla
al Averno -de dónde nunca debió
salir-por más que lo deseara).
Me dediqué a reorganizar físicamente en
los momento libres que me dejaba el proyecto, las tres estanterías que le
corresponden a mi sector (si, tres), lo cual me ganó una descarada
confrontación de ella, un día que llegué, recién entradita. Con esa cara de no
romper un plato, metió nuevamente
material que yo había reacomodado (en dónde correspondía) en la sección que es
de mi turno, alegando descaradamente: esto
lo necesito a mano porque lo uso seguido.
Y acá voy a hacer un paréntesis del
tamaño del elefante de Bart (stampy te extraño):
Nuestro trabajo (y la incluyo) tiene
varios pilares fundamentales, pero uno de ellos es muchomuyimportante y es lo
primero que te enseñan el primer día de Universidad: Un material mal colocado
es un material perdido. Yo sabía que ella lo sabía porque fue lo primero que me
dijo el primer día que la traté.
Por tanto, ese material que ella tenía
ahí de “consulta” no solo estaba estorbando en una sección que no le compete,
sino que también, estaba mal ordenado, por tanto, PERDIDO. Porque la única que sabía
de eso, era ella. Y como ocurrió cuando cubrí parte de sus horas en la
suplencia, nadie sabia en donde estaba nada porque ella es DESORDENADA y
ACUMULADORA (que es tan contradictorio como un policía ladrón o un médico
asesino).
El punto es que en el intercambio de
notas le había dicho anteriormente que
necesitaba que ordenase lo que tuviera en la sección que no le compete a su
turno en su lugar, porque se estaba haciendo un reordenamiento y se necesitaba
el espacio. Aun así, con toda caradures, hizo lo que comenté anteriormente.
De más esta decir que en cuanto se fue se
lo volé a la mierda, colocando y reorganizando de tal manera para que eso no
quedase libre y así ella tuviese la oportunidad de usurparlo nuevamente. Pero
me quedó otro espacio libre que ella intentó tomar- y así por varios días-
hasta que no le deje más opción que sacarme todas sus mierdas de ahí.
Más a la larga que a la corta, tuvo que
resignarse. Yo sé de territorios, y esta Doña no iba a meterse en un área que
no le competía.
Lo cual nos lleva al siguiente capitulo.
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